Lliurament: 10 dies laborables
De Rousseau se ha hecho, e incluso se hace, una lectura
preeminentemente política, priorizando El
Contrato social sobre el resto de su obra. Esta visión, auspiciada por los
partidarios de la Contrarrevolución, posteriormente se ha hecho canónica al
asentarse los principios proclamados por los revolucionarios franceses. Con la
perspectiva de esta visión sesgada, los escritos referentes a la religión se ven como añadidos
discordantes, explicándose por causas subjetivas los que se presentan como
disarmonías.
Frente a esta interpretación, la que el autor
propone atiende a aspectos culturales, antes que a aspectos subjetivos.
Rousseau es fruto de un momento de transición. Frente al XVIII como el siglo de
la razón, el pueblo es eminentemente religioso. La opción de Rousseau por el
sentimiento religioso es una opción epistemológica pero a su vez es una opción social, una
opción por el pueblo llano, frente a la razón auspiciada por la élite. Rousseau
propone una revolución moral presidida por esquemas religiosos, aunque esta
religión tiene que adaptarse a los nuevos tiempos: la metafísica debe ceder
ante lo terrenal, o la moral primar frente a lo teológico. La religión civil,
como religión patriótica, es expresión de su deísmo en el ámbito político.